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Lo bonito de las pequeñas cosas es que siempre están ahí escondidas como que despiertan muy temprano con sus pequeños ojos como el árbol amarillo que su tronco es tan delgado que parece que flotara sobre el suelo como una gran estrella brillante Algunas tardes está un pajarito arriba de un cerro mirando el sol tomando gota a gota la lluvia que reposa por ahí Y el azúcar rubia pequeña cayendo al té después viene la miel cayendo más lento a veces sólo es la miel La brisa del otoño me empuja como si fuera una de sus hojas y roba bufandas por todos lados lanas envolviendo la ciudad Y quizás es tan cotidiano como el agua que lava mi cara las mañanas pero me forman siempre una sonrisa