Empezamos a masticarlos en un micro, cuando nos bajamos hacía calor y empecé a subir, era como que subíamos juntos, alguien estaba adentro de mí, alguien que era yo misma. Respiraba por dos. Paré dónde vi sombra, y hojas para descansar. Si cierras los ojos, ves pequeñas luces. Una vez acostada me fundí con la tierra, la tierra me absorvía y dejé de sentir mi cuerpo, mi cuerpo se reducía a los ojos, mis ojos mirando una abeja, mis ojos atravesando las ramas y las hojas, siguiendo a las mariposas. A veces reía porque todos reíamos, en un momento lloré. la niña llora, y al siguiente me ví a misma como un cadaver, no como algo malo, sólo dejé el cuerpo ahí. Acostada, no podía moverme, las ramas me lo impedían. De pie, me sentía ligera, era yo, en el bosque caminando sobre la luna. Los veía a todos, te veía a ti, nos veíamos niños, siguiendo el movimiento del sol. Podía florecer y morir en un abrir y cerrar de ojos. Era Ofelia, era un objeto. Era persona. Era mujer. Un hilo parece qu