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Si me hubieran dicho en el pasado, que me enamoraría a los 21 años, nunca lo hubiese creído. Es más, es probable que me hubiera asustado y hubiera huido o escondido en todos los rincones de los planetas que conozco, porque no los conozco todos, hubiera hecho lo imposible por cambiar y desafiar al destino. Pero un día ocurrió y nadie me lo dijo y no pude detenerlo, el amor parecía una bola de nieve que se transformo en una avalancha, hasta que quede ahogada y no podía moverme. Después de un tiempo pensé porque el amor me había ahogado y la respuesta era obvia. No sabía amar. Empecé a ver en las personas señales y escuché todos sus consejos y todas sus historias románticas, sin embargo todas en algún punto me parecían infinitamente tristes. Entonces decidí que no amaría como todas las personas lo hacen, decidí que inventaría mi propia manera de amar. Tampoco dio resultado, porque no importaba cuanto amara a los demás, ellos amaban a su propia manera también y nuestros idiomas de amor

A veces siento estar tan sola...que me dan ganas de vomitar. Sé que tengo buena compañía, la vida me ha tratado bien, es esa soledad que está con nosotros. El cuerpo dividido siempre. Como si fuera capaz de desdoblarme y mirarme a mi misma cómo tomo un té, me baño, converso con alguien, miro por la ventana...  En el fondo, todos sabemos que estamos solos. Es sólo que no pensamos en ello para no llorar o volvernos locos. No sé si eso sea una reacción, a veces no hay mejor compañía que la soledad y cuando te quedas pegado ahí qué buena sensación es ver a otro humano como tú con los mismos sentimientos al fin y al cabo.  Es curioso como el cuerpo se manifiesta frente a los sentimientos, incluso aquellos que son difíciles de describir, por ejemplo; si estoy nerviosa me duele el estomago, si tengo sueño me duele la cabeza, si estoy en la playa mi cuerpo corre por la arena y no puedo controlarlo. A veces pienso que mi cuerpo  tiene un corazón aparte, mejor dicho un alma aparte, m