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No era planeado, nunca. Era salir y ver que pasaba afuera, todo siempre pasa afuera, lo de adentro se guarda. Y lo primero, fumar o beber y después el baile y las luces. Y entre medio todas nuestras vidas pasando, todos pensando en algo o alguien y hablando de miles de cosas por segundo y a veces silencios, y lo más importante era al fin y al cabo, hacerlo inolvidable y reír, una de las cosas más bonitas. Y como un grupo de amigos intentaban florecer dentro de cada invierno. Criticando al mundo, o lo que quedaba de él, y a esos hombres y mujeres con trajes que van a sus trabajos nada, creyendo que realmente hacen algo. Narcisistas y egocéntricos.  Lo que hacen es ganar dinero y vivir en torno a el. Y nadie quiere terminar así. No cuando la marihuana nos hace tan felices y hacernos sentir como si no necesitáramos nada para vivir. La calle, el aire, y nuestros corazones. No se confundan, sólo no queremos envejecer.  El aire se pone frío, y no faltan las peleas, los besos escondidos, las

Es un sol, perdido siempre en la carretera, tan desviado del camino, como sus ojos Tan muerto para ser libre y tan libre como para saber que estaba vivo

Todos los carretes son iguales, empiezan sin hora, a veces van más rápido y otras lentos. De una hora a otra, el tiempo no se mantiene, tampoco las conversaciones. Se va acabando el copete, los cigarros y los caños. Se va el baile Todo por el baño Todo al terminar la noche. El amor se queda, alguna lucidez, las risas, las peleas y las filosofías sin argumentos válidos ni bases Las fotos también se quedan para ser borradas al amanecer y los secretos a voces que van de boca en boca hasta convertirse en otra historia.

El mundo moderno, parece una cárcel una calle te lleva a otra y así hasta llegar a un edificio, ¿he visto este edificio antes? tumba me paro frente te hace sentir tan solo, confundido, sin identidad sintiendo una permanente incomprensión ¿puede haber algo después de tanto cemento? no me deja ver... laberinto de mazes una vez adentro es difícil salir

ES NECESARIO SABER, QUE EL VACÍO Y LA PLENITUD NUNCA SE VAN NUNCA SE ENCUENTRAN Y DEPENDEN EL UNO DEL OTRO.

Un día Alice vino a mi y yo estaba arriba de un árbol, y me preguntó: ¿qué camino debo tomar? y yo le dije que subiera, y juntas miramos el atardecer, creo.