P

Lo más cercano a una amiga de infancia que alguna vez tuve fue P. En verdad a P no la conocí hasta los 13, pero tuvimos muchos cambios de casa y de ciudad y eso dificultó bastante tener y mantener amistades.
Me acuerdo que P me renombró shibi porque suena similar a un diminutivo de mi nombre. A mí no me gustaba mucho, pero estaba acostumbrada a qué me renombraran y me terminé adaptando, en verdad, no tenía otra opción. Este apodo se popularizó y me acuerdo que P se enojó porque era algo exclusivo de nosotras, además le caían pésimo mis nuevas amistades y sí me tomó un tiempo, pero P tenía razón.

Con P siempre pude ser yo misma e increíblemente sigue ahí aún sabiendo como soy yo misma, ahí, toda rota.  Nunca me juzgó y si tenía que decirme algo, me lo decía sin anestesia, me putea bonito, digo bonito porque siempre termina en risa o dándome la manito, más cerca de una manito de marihuana, pero manito al fin y al cabo.

Por cosas de la vida, vivió un tiempo muy corto conmigo y fue tan reparador tenerla cerca.
La magia de P es que cuando creo que todo se viene abajo y quizás no sabe que yo siento eso o quizás sí, me habla de esa forma muy sencilla y me dice que no. No puedo parar un rato, tengo que seguir. Es de tal manera su convicción, que siento que si estuviéramos en algún batallón la seguiría directo a la bomba y lo más increíble es que sé que saldríamos con vida para contarlo en un bar después.

Hace poco hablando, P me dice que yo le di el bichito de  estudiar inglés, un pequeño bichito que la llevo a un montón de aventuras, ese mismo bichito siento que me lo devolvió cuando me dijo: voh dale, sí no es para nada difícil, tienes que hacerla. Hazlo ahora o no lo harás nunca.

La belleza del mundo, es que seas parte del mío, y te lo agradezco y se lo agradezco no sé a quién o a qué pero gracias por conocerte.

My spirit animal

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Joven adulto

👽